repasar la relación del mítico guerrillero y el séptimo arte.
Este es un texto que escribí hace unos meses para la revista virtual
Jamming( ya no está en el mundo virtual pero ha mutado a algo mucho
mejor como es Revista Escrita) y la idea era recorrer la relación del
Che Guevara y el cine.
Espero la disfruten, que eso sirva para ver algunas de las películas
aquí nombradas y se animen a ver Che el argentino un experiemento que
llevó mucho tiempo, sangre, sudor y lágrimas.
Hoy la primera parte de ese proyecto lo podemos ver en las pantallas
del cine local y creo vale pasar por la experiencia.
Bien vale la pena empezar a conocer a este símbolo universal de la
revolución para ver si algo de aquello tiene sentido.
Disfruten del fresco y de las gotas de lluvia que caen sobre uds.
Entrañable transparencia imposible de filmar.
Variaciones en torno a una relación compleja: el Che Guevara y el cine.
Ernesto Rafael Guevara de la Serna más conocido como el Che tuvo una
vida tan cinematográfica que ninguna mente lúcida de guionista hubiera
podido escribir. Y mucho menos ningún director dirigir.
Su vida fue una épica tan grande, marcó a fuego los caminos
revolucionarios de Latinoamérica y el mundo que ninguna película ha
podido hasta el momento mostrarlo en su real envergadura y como
personaje emblemático de la política internacional.
Nadie ha podido indagar en su figura mítica o en su carnadura real de
manera atractiva e interesante dentro del cine sin caer rendido ante
el fulgor que su rostro joven, atractivo y carismático emana.
Tal vez su fuerte figura de ícono juvenil y revolucionario repetida
hasta el hartazgo en remeras, posters y libros pesa demasiado para
que la cultura cinematográfica haya podido hasta el momento
mostrarnos una buena película sobre el Che.
Es decir que la relación entre el cine y el Che es mala.
Empezando por aquella película producida por Hollywood en 1969 que
se llamo Che! e intentó aprovechar el fervor revolucionario que
aparecía en la primera planas de los diarios pero nadie le creyó a
Omar Sharif hablando en inglés intentando ser el joven revolucionario
de la isla del Caribe y ni que decir que Jack Palance( si el mismo de
que Aunque usted no lo crea) interpretara a Fidel. Un fiasco estético
que también fue un fracaso comercial.
Los disparates siguen si recordamos a Antonio Banderas haciendo del
Che en la opera Evita filmada en la Argentina en los albores del
menemato. No hace falta ni ver la película para decir que es un
horror. Pero Hollywood todo lo puede ya sabemos.
En cuanto a la producción nacional Juan Carlos Desanzo dirigió Hasta
la victoria siempre (1997) que a pesar de tener un guión original de
José Pablo Feinmann, que a último momento fue suplantado por otro que
reescribió la historia del revolucionario como si fuera a ser
publicada en la revista Billiken.
En el terreno de los documentales podemos citar al realizado por
Miguel Pereira Che… Ernesto en 1988 donde recorre los caminos
utilizados por el Che en su gesta revolucionaria y sin recurrir a
material de archivos. Esta experiencia fue realizada anteriormente
por el sueco Richard Dindo en Ernesto Che Guevara, diario de Bolivia.
Un documental producido en el 2001 Sacrificio ¿Quién traicionó al che?
intentó develar la trama siniestra del supuesto asesinato del Che
rescatando el testimonio de Ciro Bustos quien apunta al intelectual
Regis Debray como cómplice y traidor.
Cabe rescatar en esta nómina de películas la realizada por el
argentino, radicado en Nueva York Leandro Katz quien en El día que me
quieras (1997) intenta reflexionar sobre la mitificación del personaje
a partir de la famosa foto del Che muerto en la escuelita de
Vallegrande y que la relaciona con La lección de Anatomía de
Rembrandt. Una propuesta que intenta hacer dialogar el cine con las
artes plásticas.
Ahora nombraremos la más conocida y difundida a nivel planetario que
es Diarios de motocicleta producida por Robert Redford, dirigida por
el brasileño Walter Salles con un presupuesto millonario y que
intenta plasmar en imágenes el viaje que a los 23 años emprende
Ernesto con su amigo Alberto Granado en donde recorren en moto
Argentina, Chile y Perú. Viaje que les hace conocer la América
profunda y donde la identidad de Ernesto Guevara muta lentamente a la
del Che.
Gael García Bernal como el joven revolucionario en una road movie que
tiene más déficits que aciertos. Salvo la banda sonora a cargo de
Jorge Drexler que es un hallazgo ciertamente.
Se anuncia con bombos y platillos la producción que el director de
Traffic Steven Soderbergh acaba de presentar en el festival de Cannes
donde Benicio del Toro se alzó con el premio a la mejor actuación
masculina y promete ser la sensación de esta primavera en nuestros
cines. Pero ya muchos críticos han hecho saber que, a pesar de la
entrega del gran Benicio y su parecido físico, las dos películas que
suman un total de 4 horas no convence demasiado.
Igual esperaremos para verla y solo podemos contar que la primera
parte se llama El argentino (donde cuenta en un estilo documental
la experiencia de la revolución cubana, su papel en ella hasta el
discurso ante la Asamblea General de la ONU en 1964) y Guerrilla
(donde la acción se torna más ágil e hiperkinética y donde se cuenta
la historia del fracaso revolucionario en Bolivia hasta su muerte a
los 39 años)
La idea es mostrar más al hombre que al revolucionario y parece que al
director norteamericano le han hecho falta 260 minutos para contarlo.
¿No será mucho?
Esperaremos a verlo con nuestros propios ojos. Y seguramente el
rostro de Benicio será para muchos la viva encarnación del Che en
estos tiempos globales.
Seguramente faltan nombrar muchas más que se han realizado pero éstas
sirven para observar como los intentos por rescatar la figura del
héroe se han dado con resultados diversos, siempre rayando lo
caricaturesco, el simplismo y la falta de seriedad ante el desarrollo
de tamaño personaje.
Todavía los cinéfilos seguimos esperando una buena película que
rescate su historia que de tan grande, intricada y cinematográfica no
ha podido ser recreada.
Pero nos quedan sus discursos filmados, su forma de dirigirse al
pueblo cubano, su particular forma de hablar y de escribir. Era único
en su especie y difícil que encontremos uno igual. Ese es su legado y
creo que debemos quedarnos con esas cosas, mas que con películas for
export y mal hechas. Debemos escucharlo, mirarlo y leerlo nuevamente.
Como buen ícono cultural son sus fotos, y mejor dicho sus miradas,
las que no deben acompañar.
Esa mirada confiada en que un Hombre Nuevo nacerá en América Latina y
que la educación nos hará libres nos debe seguir iluminando a los que
creemos que otro mundo es posible. Y tener bien claros quienes son
los enemigos como también él nos demuestra en esa foto que inmortalizó
su muerte en Vallegrande.
Por nosotros y por este mundo en que nos toca vivir y, por que, no
cambiar desde el lugar que ocupamos.
Eduardo de la Cruz.
eduardo...soy cande de la escuelita...pase por tu blog ya que la facu me dio un respiro!
ResponderBorrarsiempre tus comentarios me resultaron mas que interesantes y los tengo muy en cuenta. fuiste el primero en ponerme las pilas con la carrera cuando senti que eso no era lo mio. hoy siento que estoy en mi salsa...
quizas este verano sea ayudante de catedra en introduccion a la carrera. Espero poder estar con vos asi sigo aprendiendo a tu lado y chusmear sobre cine que es una de las cosas que mas me gusta de este mundo!
besos y abrazos!
cande
que suerte que te haya gustado...
ResponderBorrary segui entrando y difundilo, la idea es que haya textos mios, de otros y recomendaciones culturales...
gracias por ecribir y espero respires seguido en esa escuelita y bienvenida..me encantará tenerte de ayudante