películas argentinas del año,
dos obras maduras de grandes directores que en cada película maduran
su estilo que ya es indiscutido en el panorama del cine nacional, y
por que no, mundial. Una buena posibilidad de ver una película que nos
dará más de una satisfacción en poco tiempo.
Aca les dejó un texto escrito en el momento que Leonera se estrenó en
Córdoba y un reccorrido por el cine de Trapero que merece la pena ser
visto por las razones que aquí especifico.
Que lo disfruten y luego a ver la peli.
Mañana o el sábado de Lucrecia Martel y La mujer sin cabeza.
Buen viernes.....
Tumberas
Leonera nos confirma a un director maduro que sabe contar historias,
que sus inquietudes continúan indagando por el lado de los vínculos
afectivos y lo que le pasa a la gente antes situaciones límites, que
muestra una realidad que muchos no quieren ver y que su cine pese a
las tragedias que refleja sigue teniendo la misma vitalidad que en
Mundo Grúa.
Una película que debe verse.
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Acabo de ver la última película de Pablo Trapero Leonera y debo
admitir que salí reconfortado ya que la visión de Leonera me confirma
lo que hace unos años venía pensando sobre este director y su manera
de hacer cine.
Es difícil hoy ver una película argentina y salir satisfecho con lo
que se acaba de ver. Digo no es mucho lo que se estrena, de eso hay
que restar la basura que proviene de la televisión (100% lucha y demás
engendros que intentan sumar público a las salas) y lo que queda es
poco y nada. O sea que cuando vienen películas como éstas uno
agradece y desea que el público se interese por ellas.
Sigo creyendo que el cine en general discute, reflexiona y pone en
pantalla temas que hacen a la condición humana y al lugar desde donde
éstas se enuncian y más cuando el cine proviene del propio país. Es
allí cuando la pantalla, mal que nos pese, nos devuelve imágenes que,
muchas de las veces, no queremos ver. No descubro nada si decimos que
los argentinos somos bastantes negadores de la realidad que nos
acontece. No solo Menéndez en su defensa del jueves último o la reina
que habita en Olivos tiene problemas con esa cuestión, me parece que
ya este problema pasa a ser un tema que nos incumbe a todos como
sociedad. Y no creo que sea un tema que debamos dejar a la sociología,
a la historia o a la filosofía sino que debemos discutir entre todos
las instituciones sociales.
Por eso creo que hace más de una década aparecieron en el mundo
audiovisual un grupo de cineastas que intentaron desde diversas
estéticas y relatos mostrarnos eso que nos habían dejado más de una
década de democracia mal entendida. Imágenes que nos mostraban el
fracaso, los errores y la crisis que la Argentina conservaba. Nuevas
imágenes que impregnaron de aire fresco a un cine que se encontraba
anquilosado, viejo y no encontraba formas de continuar.
Imágenes creativas, luminosas y jóvenes. Por eso el nuevo cine, por
eso las imágenes que nadie quería ver.
Por que son molestas, iluminan un sector de la sociedad que no nos
interesa o porque la dureza de las historias nos hace mal y eso lo
dejamos para los noticieros de la televisión o la crónica policial de
los diarios.
Trapero deslumbró en aquella época con Mundo Grúa contándonos la
historia de Rulo cuando lo dejan fuera de su la vida laboral. Después
de cuatro películas ahora nos vuelve a sorprender con Leonera en una
historia netamente femenina.
Es la primera vez que este director se atreve a este mundo y a la
reflexión del mundo carcelario y tumbero.
Aquí la historia Julia Zarate (una deslumbrante Martina Guzmán) nos
permite alumbrar una vida que desconocemos, que implica el perder en
un minuto la libertad y estar del otro lado de las rejas.
Un tema recurrente en la cinematografía de Trapero: la situación
límite que nos deja al otro lado del camino.
¿Como afrontar la crisis?
¿Como establecer vínculos cuando ya nada ni nadie ha quedado?
¿Como vivir y sobrevivir?
Y todas esas preguntas se las responde esta película que cuenta una
historia compleja, difícil y adulta en un mundo hostil y poco
conocido por nosotros como es el mundo de la cárcel donde se
desarrolla la mayor parte de la acción.
Mundo que se nos muestra con una crudeza terrible donde la vida
cotidiana va adquiriendo todos los matices y colores de la existencia
humana.
Creo que Trapero con esta película deja una mirada del mundo
carcelario, que ya Adrián Caetano (otro gran director de nuestro cine)
había mostrado en su famosa serie televisiva, sin concesiones y con un
realismo que asombra y nos deja pasamados como espectadores.
Las requisas ante cada entrada y salida, las duchas y el motín que se
ven en la película dan cuenta de lo que decimos.
En ellas se nota que hay un director que sabe filmar, sabe contar y
elige hacerlo desde un lugar particular para que tratemos de responder
esas preguntas que vienen siendo un tópico en su cine. Y Trapero desde
sus historias intenta delinear alguna respuesta.
Por ello las rejas.
Por ello los viajes.
Por ello los desplazamientos.
Por ello la solidaridad entre extraños y perdedores al costado del camino.
Por eso los vínculos momentáneos.
Por eso las rutas como protagonista excluyente de la poética de Trapero.
Y por eso Leonera es una película que nos confirma a un director
maduro que a lo largo de este tiempo ha crecido como cineasta y esta
película lo ubica a la atura de los grandes autores del cine nacional
y una referecia insoslayable de nuestra cinematografía.
Por eso Leonera debe ser vista ya que cuenta una historia que puede
ser universal pero es nuestra. Triste, cruel pero con esperanzas.
Como nuestra historia nacional. No? Pero eso es ya tema para la semana
que viene, tal vez
Un consejo: llegar a la sala a horario, para disfrutar de los títulos(
muy creativos).
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