jueves, 22 de mayo de 2008

Alonso desembarca Liverpool.

Lisandro Alonso un director a descubrir acaba de presentar en la
Quincena de los Realizadores su cuarta pelicula Liverpool.
Un realizador que parece un crédito local ya que su cine es muy
querido en el festival. Todas sus películas se presentaron allí.
Así que bien vale la pena leer algunas de sus opiniones en cuanto al
cine y los modos de realizarlo.
Y si quieren conocer su cine

La libertad.
Los muertos
Fantasma.

Verlas son experiencia y una aventura particular. Vale la pena. No
apto para espiritus facilistas y de mente cerrada.


"Me empecé a preguntar qué es una película y llegué a la conclusión de
que es imágenes y sonidos, y lo que esas imágenes y sonidos causen en
el espectador o, dicho de otro modo, la relación que ese espectador
establece con lo que ve y escucha. Con Fantasma me interesó buscar una
respuesta a eso. Es una película que cierra un pequeño ciclo que había
empezado con La Libertad y siguió con Los Muertos.

Al principio la pensé como un corto, pero a medida que iba filmando vi
que los tiempos de las escenas no eran los de un corto. Si la filmaba
en veinte o treinta minutos iba a quedar como un largometraje
acortado. Entonces me dije, bueno, vamos a darle la duración que tenga
que tener. De todos modos, por temor a que la gente se pierda más de
lo que ya se puede perder, decidí sacarle algunas escenas y dejarla un
poco más corta de lo que iba a ser al comienzo..."

El que habla es Lisandro Alonso, a propósito del estreno de Fantasma
("una película que habla del cine, y de qué está pasando con este cine
raro"), su tercer largometraje y el segundo exhibido en la Sala
Lugones ("Ya no quiero estrenar en los multicines"). Durante una
conversación extendida y mateada, Alonso volverá sobre su cine, sobre
el cine y sus modos de producción y circulación.

¿Qué es el cine?

"...Eso me lo voy a seguir preguntando durante mucho tiempo. No le
encontré una respuesta, pero me dije por qué no probar esto. Podría
haber hecho directamente cine experimental, pero no lo disfruto. Lo
malo es que el ochenta por ciento del cine que se ve hoy en día tiene
la misma estructura y forma. Es el que se puede distribuir, el que
tiene actores, el que impuso Hollywood. Y eso es re peligroso para el
espectador, para los cineastas, para los distribuidores, y para el
cine mismo. El cine tiene apenas ciento diez años. Es muy poco tiempo
como para que ya le demos una forma. Hay artes que tienen muchos más
años encima y todavía se siguen cuestionando las formas, buscando
algunas más riesgosas.

Si no aceptamos que hay otro tipo de cine, que debería llegar a las
pantallas y no sólo a traves de un festival de cine, ese cine se va a
morir. El cine que a mí me interesa se va a terminar dejando de
producir, de distribuirse, de llegar a donde tiene que llegar. De
hecho eso ya pasa. Hay cineastas como Tsai Ming-liang, Hou Hsian-hsien
o Pedro Costa que aportan mucho a la cinematografía mundial que no
llegan a las pantallas. Son muy arriegados y tienen propuestas que no
encajan en los grandes públicos, pero otras películas como las de los
hermanos Dardenne o Kaurismäki, que son más accesibles y tampoco
llegan al público que debería llegar. También me parece que la
educación cinematográfica y el nivel cultural del espectador medio
está por el piso hoy en día.

¿Es sólo un problema de educación o también hay responsabilidad de
quienes definen las políticas de difusión cinematográfica y de quienes
manejan las variables del mercado?

Hay de todo. Me parece que somos muchos los que no podemos o no
sabemos poner los puntos sobre las íes. Distribuidores, exhibidores,
productores, directores. Hay un conjunto de factores que no aportan o
no ayudan a que haya una diversidad cinematográfica, una pluralidad de
estéticas. También es responsabilidad de los festivales. Hoy día los
festivales son los que fijan "tendencia". Si vos pensás en el Festival
de Cannes, uno que por cierto influye en otros festivales, vas a ver
que hay como una balanza en la que por un lado hay dos o tres
cineastas valiosos y arriesgados, por el otro un montón de películas
de la gran industria norteamericana.

Entonces, aquellas películas que son más arriesgadas, que proponen
otro tipo de juego con el espectador, quedan eclipsadas por los
tanques o las estrellas norteamericanas dentro del festival. Entonces
la prensa, que también es uno de los elementos que está en el medio,
yo no sé si por el espacio o por la línea editorial o por el lugar en
que trabajan tienen que ir a hablar con Uma Thurman y después no
tienen tiempo o espacio para hablar con cineastas más chiquitos. Así
como pasa con Clarín o La Nación, pasa con Inrockuptibles o
Liberation. Los espacios en los medios para alguien que no "venda
algo" se están achicando mucho. Si ese no es uno de los factores más
importante pega en el palo.

Por un lado, la industria plantó la idea de que hay una sóla manera de
hacer cine: un modelo concreto de realización cinematográfica. Por
otra parte, el público parece necesitar máquinas de lectura: esta
película es de acción, ésta es un policial. Así ya sabe lo que va a
ver y le es más facil decodificarlo. La prensa se monta a las
políticas de marketing.

Las nuevas tecnologías digitales, ¿permiten correrse de todo esto,
para demostrar que se puede hacer cine con mucho menos presupuesto,
con buena calidad de imagen y sonido y con menos problemas para
distribuir?

Eso es un arma de doble filo porque vos decís, sí es más fácil hacer
las películas pero... ¿en dónde las mostrás? Hago una película en
video en una semana pero, ¿en dónde la muestro? Para mostrarla en un
cine tengo que llevarla a 35 mm. El cine, todavía, a nivel mundial se
distribuye en 35 mm. Hay salas alternativas con una casettera Beta que
te las pasa, pero si uno asume que ése es el lugar para el cine, desde
el vamos está perdiendo espacio. Te automarginás. A pesar de que ya
hay festivales importantes que están proyectando en competencia,
películas en video, no sé si conviene. Para mí lo que tendrían que
incentivar es que esas películas en video se terminen en 35mm. Vía
Instituto de Cine o aportes privados o premios o como sea. No está
bien que alguien que hace una opera prima se automargine y diga "no,
el filmico me queda demasiado lejos" cuando, en realidad, se hace cada
porquería en 35 mm que no vale la pena fomentar.

¿Para qué hacés cine?

Porque es algo que encontré para comunicar algunas dudas que tengo y
de mostrar algunas personas o lugares que me interesa ver. Me interesa
ver cómo la gente que va a ver estas películas se relaciona con esto
que yo les puedo mostrar, sea un hachero en el monte o alguien que
camina por una selva, que son gente que está pero parece que todos la
sometimos. Pasa lo mismo con el cine. Todos hablamos del "otro" cine
pero no lo vemos. Ya no me enojo por lo que pase con mis películas,
pero sí me molesta lo que pasa con otras películas que tendrían que
tener más público y no lo tienen. En ese sentido creo que hay cierto
tipo de público a los que habría que decirles: "bueno, empiecen a
invertir mejor su dinero". Por ellos mismos y por el cine que va a
venir si seguimos así.

A los distribuidores se les hace cada vez más dificil traer películas
extranjeras. Pienso en Pascual Condito de Primer Plano que me dice:
"Lisandro yo ya no puedo comprar cualquier cosa en euros y venderla en
pesos", y lo entiendo. Entonces se ha dejado de ver mucho cine
independiente o europeo. Igual sobre esto toco de oído porque hace
mucho que no abro un diario para ver qué dan en los cines.

Lucrecia Martel dijo en algún reportaje, que se estaba replanteando
seriamente la manera de hacer cine porque para ella no tenía mucho
sentido invertir tanto esfuerzo y dinero en una película que luego
fueran a ver solamente aquellos que ya están de acuerdo con su manera
de pensar. Lo interesante sería ampliar el espectro de espectadores.
Minar el sistema desde adentro. ¿Esa es una alternativa para vos?

Yo a Lucrecia la respeto muchísimo porque es muy sólida y sabe bien lo
que quiere con su cine, pero también creo que uno debe hacer la
película que uno quiere, desde adentro o desde afuera. Con Fantasma,
por ejemplo, yo me permití hacer lo que quería. Probé todo lo que a mí
me interesaba probar. Aquello con lo que tenía ganas de experimentar.
En mi caso eso era filmar en un espacio cerrado, con luz artificial.
Abandonar los árboles y el hábitat natural de los protagonistas. Me
fui a La Pampa, a Corrientes, bueno, ahora vengan ustedes para acá.
Esas cosas las disfruto. Disfruto cuando estamos filmando y no sabemos
muy bien qué estamos haciendo pero veo que el equipo está concentrado
y pendiente de lo que pasa. No lo vivimos como un trabajo, como algo
rutinario. Cada toma es algo nuevo, como un juego. Es un desafío para
cada uno de los que forman el equipo. Y nunca se sabe lo que vamos a
hacer. Si se quiere, es una metodología más improvisada pero no por
eso menos profesional.

Me molesta que se piense que todo aquello que uno hace que no implique
un despliegue enorme, con motorhome y demás, es no profesional. Es
ilógico. No soy menos profesional porque no ando con megáfono.

La secuencia La Pampa-Corrientes-Buenos Aires, ¿fue caprichosa o
pensaste ese mapa?

Por lo general, antes de escribir las escenas de un guión de treinta
páginas ya sé el lugar en donde quiero filmar. Primero descubrí el
monte, lo descubrí a Misael y se me ocurrió filmar una película.
Después pensé en hacer algo en Corrientes o en algún lugar con mucho
verde y agua y, cuando estrené Los Muertos en la Lugones los invité a
Argentino y a Misael porque era un momento importante para mi y quería
que estén. Los vi darse la mano y sonreír y pensé: "¿qué pasará por la
cabeza de estos dos señores?" Entonces surgió la idea de hacer de eso
una nueva película. Empecé a pensar en un corto mientras buscaba
financiación para Liverpool, la próxima película que voy a hacer.

¿Dónde va a transcurrir Liverpool?

Yo sé que es en un barco, en el mar. En Ushuaia. A una hora de
Usuahia. Nieve, frio, mar, alcohol. Bueno, tiene que ser en Tierra del
Fuego. Va a tener dos protagonistas: un hombre con cierto grado de
alcoholismo y una chica que tenga cierto grado de retardo mental.

El hecho de que cada vez más a menudo los estrenos del "otro" cine se
circunscriban al circuito alternativo, sobre todo a los festivales,
¿contribuye a la difusión de esas películas o, en definitiva, termina
dividiendo aún más las aguas entre espectadores de un cine y otro?

Si, de algún modo los festivales se convierten en un paréntesis. Es
como que la gente dice: "bueno, esta semana vamos a ver películas
raras"... Igual, en cierta medida, lo va incorporando. En Argentina
hay cada vez más festivales, más chiquitos. De hecho, "cine
independiente" es una frase que la conoce hasta mi abuelo. Nadie sabe
muy bien qué quiere decir, pero a lo que voy es a que, ahora,
cualquier cosa en la que no esté Bruce Willis es "cine independiente".
Ése es el problema. Si vos presentás una película como Fantasma,
entonces ya no es "cine independiente", es como "experimental".

¿Y qué es el cine independiente?

¡No tengo idea! ¡A mí no me pregunten! Cine independiente, ¿de qué? ¿De quién?

Si existiera un circuito formalizado, con salas alternativas...

¡Sería increíble! Tener lugares como la Cinemateca de Uruguay -las
salas están en un estado calamitoso pero la programación y el costo
que tiene para el espectador (pagan cinco pesos y ven treinta
películas por mes) son extraordinarios- en Buenos Aires... ¡No
entiendo por qué no podemos tener un espacio así! Una sala en la que
se puedan ver películas de afuera, de autor o no, por cinco pesos. O
un complejito de tres salas, pero bueno, que den ganas de ir a
sentarse un par de horas para ver y escuchar bien una película. Que el
Instituto pueda colaborar con algún distribuidor y diga: "bueno, vamos
a traer esto, vamos a traer aquello". Porque me parece que como gran
productor de Latinoamérica que es el Incaa, debería fomentar cierto
tipo de cinematografía que le interese fomentar. Apoyar una película
televisiva, como Bañeros 3 -que, está bien, funciona y van dos
millones de personas- me parece que no es la tarea de un Instituto
Nacional de Cine. Ésa es la tarea de un canal de televisión, que
quiere vender un producto y me parece bárbaro que lo haga y que la
gente lo disfrute. A lo mejor yo la veo un domingo en la cama y
también me río... no lo sé.

Porque, por otro lado, cada vez se ven menos operas primas con cierto
riesgo, como sí se veían años atrás. En parte se debe a las nuevas
regulaciones que tiene el Instituto que vuelven muy dificil para un
director debutante concretar su primera película. Exigen una serie de
elementos con los que, yo creo que ni Coscia hubiera podido cumplir.
Ni Coscia ni Mundo Grúa ni Sábado ni Tan de repente ni muchas de estas
películas a las que les fue tan bien afuera y que volvieron a poner el
ojo en el cine argentino.

En todo caso habría que preguntarse si la función del INCAA es
fomentar una cultura o desarrollar una industria cinematográficas.

Yo creo que debe estar para las dos.

Imaginemos un equipo de futbol al que sólo se pueden convocar
directores con los que vos podrías "entenderte" bien, armar lindas
jugadas. ¿A quiénes pondrías en el equipo?

Bueno, a los que les guste jugar "bonito". Que no piensen tanto en
ganar, en el resultado. Hay varios. No me gustaría dar nombres porque
tal vez deje a alguien a fuera y no me sentiría bien. Pero puedo darte
tres o cuatro características de esos jugadores. Aquellos que están
probando algo. Algo que escape al estándar y las convenciones.
Aquellos que tienen una posición sólida ante el cine que quieren
hacer. Una de ellas podría ser Ana Poliak, o Martín Rejtman, o
Lucrecia Martel, o Luis Ortega... creo que hay varios. Después me
pueden gustar más o menos esas películas, pero de eso se trata el
riesgo: la prueba y el error. Si uno no arriesga no aprende nada. Si
me mantengo sobre una base firme, no voy a aprender, y por ende no voy
a crecer.

En ese sentido me parece que el "Nuevo Cine Argentino" está dejando de
ser "nuevo". Y eso precisamente era lo más rico que tenía. Podés ser
nuevo con veinte películas encima. Yo a Manoel de Oliveira lo
considero nuevo y tiene noventa y ocho años. No pasa por la edad, pasa
por probar. Creo que hay para formar un equipito. Sería bueno que
pudiéramos tener tres selecciones. Aunque perdamos la mayoría de los
partidos, pero jugando bien

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