domingo, 12 de octubre de 2008

Miradas de Cecilia Absatz

Disfrutando de este domingo fresco y de lluvia al menos en la capital
de Córdoba que es donde habito.
Comparto con uds. esta columna de una gran analista de medios,
estudiosa de la algunos géneros y una impecable periodista.
Asi que los dejó con su columna que aparece quincenalmente en la
Revista del diario La Nación para que reflexionar en torno al cuerpo,
la televisión y su puesta en escena.
Buen domingo y a disfrutarlo de la mejor manera.
Y lo mejor: mañana no se lavora.

Sobredosis de erotismo
Por Cecilia Absatz

Un popular concurso de baile en la televisión creó un ritmo nuevo que
consiste en reproducir formas variadas de encuentros sexuales, con
música romántica y elaborada coreografía. También los otros géneros
que se presentan en el programa tienen una fuerte carga erótica; las
participantes son voluptuosas y el vestuario es provocativo. Luego, en
la tanda publicitaria, un joven sólo tiene que usar cierta marca de
desodorante para enloquecer de deseo a las mujeres, que de sólo verlo
pasar pierden la compostura. Cierta FM se identifica con unos anuncios
redactados a la manera de un manual de instrucciones en el que se
describen las posturas físicas -sugestivas- en que conviene escuchar
la radio, mientras en segundo plano se oye a una mujer gemir y
quejarse. En las tiendas aparece la lencería erótica a precios
accesibles y en los diarios se publican páginas enteras con ofertas de
servicios sexuales.

El erotismo invade los medios y atraviesa todos los lenguajes. Muchas
mujeres hablan de su vida íntima en público y no ahorran detalle. Las
obras de teatro se hacen cada vez más audaces y revulsivas. Hay gente
que hace el amor con su computadora. Los humoristas agotan el doble
sentido y en la vida social se instaló la pastilla afrodisíaca como
tema de conversación: algunos varones se jactan de no necesitarla, y
otros, al contrario, la traen a cuento con una sonrisa cómplice.

En ocasiones, con el pretexto de una boda bizarra o una investigación
periodística, el tema abandona su tono civilizado de libro de
autoayuda y se vuelve francamente procaz. Algunos personajes parecen
estar erotizados todo el tiempo y por algún motivo se sienten en la
obligación de expresarse con comentarios concupiscentes, cuanto más
crudos mejor. Mientras tanto, en las revistas, las mujeres jóvenes
aparecen fotografiadas sin ropa mientras declaran que están deprimidas
por un problema familiar.

Esta sobreactuación de la sexualidad ha pasado a formar parte del
paisaje normal de la vida ciudadana. Pero con una irónica
particularidad: parecería que en los hechos concretos nadie tiene
ganas. Las revistas dedican extensas investigaciones a los problemas
de cama en la pareja: se analizan crisis de todo tipo, se consulta a
los especialistas y se proponen técnicas. Pero toda la cuestión parece
reducirse a la formulación más simple: falta de deseo. Y contra eso
todavía no se conoce método ni solución química.

La cultura mediática convirtió al sexo en una suerte de metáfora
contemporánea del éxito. De ahí las declaraciones epatantes que hacen
personas de todas las edades para dejar en claro que son sexualmente
activas. De ahí la desesperada exhibición de trofeos. Pero hoy, más
que un diálogo amoroso o un agasajo sensual, el sexo parece una
obligación de la que es preciso rendir cuentas ante el escrutinio
público. Una necesidad categórica. Un símbolo de la juventud, la
pertinencia y el lugar en el mundo.

El problema es que nadie tiene ganas, ya. Lejos de la explosión
sesentista que convirtió el "hacer el amor" en un acto político y una
reivindicación histórica tras siglos de contención victoriana, hoy la
vida mundana ofrece todos los permisos... y languidece en el tedio.
Michel Houellebecq imagina un mundo sin deseos en La posibilidad de
una isla, tal vez el más cruel de sus libros, y, como es su costumbre,
lanza una ráfaga de horror imborrable. Para él la falta de sexo no es
motivo de nostalgia, sino una forma natural de evolución. Pero las
sociedades urbanas no van a dejarse sobornar fácilmente por esta idea.
Sólo tienen que prender el televisor para recordar que vivimos
sumergidos en la más lúbrica sensualidad.

revista@lanacion.com.ar

La autora es periodista

2 comentarios:

  1. epatantes
    Como siempre los comentarios de Cecilia seducen tanto como los temas que tocan . . . porque . . .el erotismo de esta década, con las computadoras como partenaires es definitivamente "epatante".
    Gracias !

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  2. gracias por comentar y me encataria saber quien sos..
    cecila es lo mas...
    y sus notas e intervenciones publicas genialidades absolutas...

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