martes, 7 de octubre de 2008

Una recomendación de martes: cine en el Colegio de Farmacéuticos.

Existe otro lugar que ha abierto sus puertas para mostrar el buen cine
que en el mundo se produce y que de vez en cuando es bueno ver.
Gracias a la interesante tarea de Roger Koza, hoy por hoy, uno de los
mejores programadores de Córdoba y alrededores; además de excelente
crítico y estudioso del cine los espectadores pueden acceder a estas
gemas cinematográficas.
El lugar donde esta actividad se dessarrolla es en el Colegio de
farmacéuticos de Córdoba en la céntrica sede de Corro 146. Allí cada
15 días dan cine y del bueno.
Así que a llegarse y por solo tres pesos pueden ver bellas películas
como la que hoy se exhibe.
Bamako es la propuesta de hoy y pasó por el Bafici en su última
edición. Un comentario de alguien que estuvo por allí y la vió.
La cita es hoy martes a las 21 horas. La pasaran genial ya lo creo


Bamako, de Abderrahmane Sissako, Mali, 2006

115 minutos / Apta para todo público

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje La muerte
de Stalin en Bohemia, de Jan Svankmajer, República Checa, 1990
(cortesía del cineclub La Quimera)


Comentario de la peli:

El film de apertura, excelente elección. Y aunque sabia que no iba a
salir decepcionada, esperaba más. No vi la pelicula ganadora del
Bafici 2003 En attendant le bonheur, sin embargo si habia visto y
premiado en el Festival de Friburgo hace ya muchos años, La vie sur
terre. Y quedé deslumbrada con este director que venia ya despuntando
dentro del cine europeo (recordemos que casi todas sus producciones
son de origen francés).
Bamako despliega un estilo que ya habia sido establecido en aquel film
que fue realizado en el contexto de una serie de films pedidos por
Arte y que celebraban la llegada de este milenio. En el habia cierto
distanciamiento para observar, registrar y representar lo cotidiano
que daban ya cuenta de la agudeza de su mirada, de la sutileza de sus
conceptos y de sus posiciones políticas. Pero sobre todo del lugar que
Sissako asignaba a su propia cultura en el contexto mundial. En La vie
sur terre también se hablaba de deuda externa, de pobreza, sin tanta
explicitación. La fuerza de la cultura y de la idiosincrasia africana
estan alli presentes con una dignidad y un nivel que al menos yo no he
visto en otros directores de ese continente y que reitera en este
film.
En Bamako esta todo eso junto a la denuncia explícita, que si bien
esta mostrada a través de una alegoria: un juicio al FMI y al Banco
Mundial en el patio de una modesta casa africana (y algunos sabemos la
importancia y el lugar que tienen esos patios que representan un
verdadero micromundo, basta ver el film de Eliane de Latour Contes et
comptes de la cour) se torna un tanto monótono como recurso. Es una
brillante idea pero que por excesiva, agota. La pelicula se alarga en
argumentaciones que se reiteran, esa tal vez podria ser la sintesis de
la única critica que me atrevo a formular. Por lo demás, el film es de
una belleza conceptual que abruma. Ese juicio está atravesado por
diversas escenas que no se explican pero que muestran toda la
complejidad de ese pueblo y de esos pueblos (esta filmada en Mali pero
pretende ser la voz de Africa entera).
Situada entre la actuación y la improvisación de actores reales
(algunos lei por alli, amigos del realizador y creo que hasta
parientes) se da el lujo de filmar (según la misma fuente) en el patio
de la casa donde pasó su infancia. Claro que esto no lo dice el film.
Hay un cruce ficcional brillante donde Sissako muestra a los
habitantes de la casa por la noche sacando la televisión al patio y
mirando un western que Sissako recrea en un paisaje africano y como
actores incluye a Elia Suleiman el genial director palestino
(Intervencion Divina) y al actor Dany Glover. Estos junto a otros
menos conocidos para mi, recrean un tiroteo tipico del lejano oeste en
medio de una aldea africana, con ironia y desmesura.
El film nos habla desde el reclamo de pueblos sometidos y su discurso
se emparenta muy bien con todo lo ocurrido en America Latina. Las
mismas recetas económicas, la misma pobreza. Pero lo hace desde la
perspectiva de una idiosincrasia, de códigos culturales, de ritmos
propios y eso nos permite atravesar lo político yendo mas allá: a la
diversidad, a las particularidades que ponen en evidencia que es
imposible querer aplicar un modelo único al crecimiento de la
humanidad. Lo que le reprocho a Sissako es haberle hecho llorar a la
actriz al final. Entendemos que es un continente que se está
desangrando pero el llanto ya lo vimos, no conmueve al Norte.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario