hablará de ella y de los benditos Martín Fierro, bien vale leer las
declaraciones que hace alguien que la conoce como nadie.
Amado y denostado por igual Chiche Gelblung conoce como nadie el paño
del cual habla aquí y dice las cosas tal cual son. Por fin alguien
dice las cosas como son. Bien por Chiche!!!!
Y me parece que sería bueno empezar a preguntarnos si aquellos que
reclaman una mejor televisión serían capaces de verla y digerirla.
A disfrutar de esta nota publicada hace unos días en el mejor diario
que se edita en el país. Claro que sí en Crítica.
"La gente sólo digiere a Tinelli"
Tiene un programa en cable, uno en aire, uno de radio y un diario
online. Y le queda tiempo para pegarse a la pantalla y hacer un
diagnóstico sobre la tele y sus circunstancias: "La sociedad está
cerrada y no hay capacidad para asimilar algo más desafiante".
Un buen día, entre carcajadas, un productor le cantó la justa: "¿Sabés
qué es lo peor que te va a pasar en la vida? Que vas a pasar a la
historia como integrante de la mesa de Polémica en el bar". "Y es
cierto –coincide Samuel 'Chiche' Gelblung–, durante mucho tiempo la
gente no sabía lo que yo había hecho antes." Nadie como el periodista
y conductor de tevé y radio para medir el "impacto" de la pantalla, un
término que le gusta y le dio el nombre a su programa de los domingos
en Canal 9, con 5,5 puntos de rating promedio.
Aunque por carga generacional podría, Gelblung de tanguero no tiene
nada. "No te niego que me gustaría hacer 25 puntos", reconoce sin
nostalgia ni queja. "Me han ofrecido conducir noticieros exitosos pero
tengo que ser yo el editor, porque no podría poner mi cara en un
formato que no genero. Por otro lado, cuando fue el caso Coppola, con
Memoria hacíamos 18 puntos de rating. Fueron tres meses de alto
impacto. Hasta que dije: 'Basta con esto, cambiemos'. Casi me matan,
pero sentía que nunca nos íbamos a sacar eso de encima. Todavía hoy,
diez años después, nos sigue pesando. Mauro (Viale) no pudo salir,
quedo pegado", dice.
Con más o menos puntos a favor, no detiene el ritmo. Dirige un diario
digital, Minutouno.com, y conduce, con la marca en el orillo, además
de su Impacto Chiche semanal, Chiche en vivo por Canal 26 (lunes a
viernes a las 22) y Edición Chiche en Radio 10.
–¿Está de acuerdo con la opinión de que éste es el peor momento de la
televisión?
–No. Estamos en un período complicado como es complicada la sociedad y
la tele acompaña ese proceso. Podemos decir que es una tele rara, que
no acompaña las propuestas nuevas. La sociedad está cerrada y no hay
capacidad para asimilar algo más desafiante. Parece que la gente sólo
digiere Bailando por un sueño y para otra cosa no hay espacio. Susana
sigue con su living de chismes reiterando la misma fórmula desde hace
20 años y está fantástico, porque todos los que quisieron innovar en
su programa fracasaron. No hay espacio para lo nuevo, lo periodístico
cada vez es más decadente y no te hablo de programas culturales
trascendentes, te hablo de informes más o menos atractivos. Vi el
programa de Solita Silveyra (Un tiempo después). No sólo es más de lo
mismo sino que recrea el balcón de Olmedo. Ella, tan progresista,
"somos actores queremos actuar"; si yo hacía eso me fusilaban.
A Gelblung le fascina comprender el fenómeno del éxito. Perceptivo y
de reflejos inmediatos, en él conviven teorías tan potables como
contradictorias que se debaten entre la ceguera de los programadores
de tevé y la caída del nivel intelectual de los espectadores. Por un
lado, sostiene que la gente mira siempre lo mismo porque no se ofrecen
alternativas: "Es que ideas nuevas implican fracasos nuevos. Hay un 50
por ciento de probabilidades de no tener éxito.
Lo que hago en Canal 26 no lo podríamos hacer en un canal abierto
aunque tengamos picos de 6 o 7 puntos. Si bajás porque llevaste a un
personaje menos atractivo, al otro día ya no te saludan. Por algo,
Larry King no puede estar en la tele abierta. Y no es que quiera hacer
National Geographic. Hay programas que yo ofrezco y les explico a los
programadores de los canales y no entienden".
Por otro, echa mano de un estudio realizado por una encuestadora
(según cuenta, pedida por el grupo Clarín antes de comprar Canal 13)
que arrojaba como resultado que la mayor parte del público de
televisión tenía un promedio de doce años de edad mental y que la
cocina era el lugar preferido para ubicar al aparato. "No creo que
haya cambiado mucho. Hoy tendrán quince. Y siguen mirando la tele en
la cocina", supone.
No obstante, a la hora de determinar las razones del éxito, vota por
el derecho popular frente al aristocrático: "Tenés dos instancias
opuestas y no complementarias: el periodismo va por un lado y la
gente, por otro. Te doy un ejemplo personal: como editor de Gente,
cuando un colega me llamaba para felicitarme por la tapa, nos iba mal;
si me puteaban, era un éxito de ventas.
A Tinelli lo despreciaban, lo hacían mierda, y ahora por compromiso
empresario, por pertenecer al mismo holding o por lo que sea, lo ves
todos los días en Clarín. No me parece mal que escriban sobre eso, me
parece mal que no lo hayan hecho antes".
–¿Qué valora más la palmadita de los colegas o agotar la tirada?
–Me reconforta más que se venda como loco. Porque después termina confluyendo.
–¿Popular con reconocimiento?
–A medida que vas persistiendo y vas teniendo más éxito, cambia la
mirada. Pero no tanto por la gente; son los periodistas los que toman
un personaje y lo sepultan o lo levantan. Pero si persiste, lo
empiezan a respetar. Tanto Mirtha como Susana iluminan la pantalla,
tengan o no rating, ellas salen y la gente quiere saber cómo están. La
gente no cambia, siempre las tomó como eran; lo que cambia es el
periodismo.
Y da otros ejemplos, como Vidas robadas y Lalola: "Si a lo mejor otro
canal intentaba teatralizar o ficcionar el tema del tráfico humano,
poniendo romances y tipos lindos, lo podrían haber criticado. Repito:
la mirada periodística es la clave. Nadie va a decir que Facundo Arana
es un mal actor. Claro que es pintón, maravilloso, lo que quieras,
pero la verdad es que es un pésimo actor El periodismo determina qué
es cool y qué no, como con Lalola, un suceso periodístico que no llegó
al éxito".
–¿Tinelli es el nuevo Sofovich?
–Es probable. Pero todavía Marcelo no descubrió mujeres y Gerardo, sí,
tiene mucho ojo, es medio mágico para eso, él ve otras cosas. Me
acuerdo cuando llevo a Jesica Cirio a Polémica, donde empezó. Era una
enanita, después se puso tetas, empezó a tomar forma.
–En su diario, Minutouno, la sección Espectáculos está copada por la
televisión. Casi no hay información sobre teatro, cine, música. ¿No le
interesa?
–El espectáculo, para mí, es la televisión, el centro de la actividad
artística. Aunque ya no es espectáculo, es la realidad. Mirtha hace 13
puntos llevando a la gente del campo a su programa cuando nunca los
había hecho. En cuanto al teatro, no tengo tiempo para verlo (lo
último fue Art), pero además me cuesta creerle, no hay obras que me
conmuevan. Y el cine está muy devaluado. Cuando veo que en operaciones
de marketing me quieren convencer de que Hulk es una producción
importante y veo a los críticos que participan de eso, no puedo
tomarlo en serio. Que el actor diga lo que le costó meterse en el
personaje de Superman... Hay una especie de reciclaje de la estupidez
como fórmula de éxito. Porque yo sigo sabiendo que Superman era la
historieta que leía cuando era chico, no me van a vender otra cosa, se
les nota demasiado la hilacha de buscar el éxito por el éxito.
Es corrupción intelectual, que es la peor. En periodismo deportivo
pasa igual: un tipo hace un gol y se lo muestra como que cambió la
historia del fútbol. Creo que también hay un descenso cultural, hay
gente que ve esas películas como si fueran obras de arte.
Probablemente, yo tenga un paradigma viejo y busco otra cosa, no
efectos especiales.
–¿Vuelve a Polémica en el bar?
–Que yo sepa, no. Aunque si volviera, no sé si funcionaría. No sé.
Antes pensaba lo mismo, lo hice y me divertí. Es una fórmula
maravillosa.
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