lunes, 29 de marzo de 2010

Herzog para disfrutar en Còrdoba: para no dejarlo pasar...

Compartimos esta entrevista que se publicò el sàbado en adn que
permite indagar un poco màs en uno de los grandes directores de cine
de la contemporaneidad.
Lo hacemos ya que es altamente recomendable ver su ùltima pelìcula
estrenada el pasado jueves en Còrdoba Un maldito policìa en Nueva
Orleans y porque en esta semana el Hugo del Carril brinda una
retrospectiva de su obra ( desde este mièrcoles el ciclo Caminar sobre
hielo y fuego)
Por ello bien vale la pena antes de pasar por alguna de sus pelis leer
este dialogo interesante...

Entrevista Werner Herzog
"La posteridad no me interesa"
El célebre director alemán afirma aquí que no es un lobo solitario ni
un excéntrico. Habla de los libros que les hace leer a sus alumnos en
la escuela de cine que fundó y comparte algunas de las claves de su
arte

Por Vera Von Kreutzbruck
Para LA NACION - Berlín, 2010


Cuando tenía 32 años, en 1974, caminó de Múnich a París durante tres
semanas para visitar a una amiga que estaba gravemente enferma con la
certeza de que la encontraría sana si hacía el viaje a pie. La
intuición del legendario cineasta alemán Werner Herzog fue certera: su
querida amiga, la crítica de cine Lotte Eisner, vivió diez años más y
él narró la experiencia en el libro Del caminar sobre hielo .

Este caminante incansable y amante de la naturaleza se toma al pie de
la letra las normas que ha creado para su vida y obra. "El turismo es
un pecado y viajar a pie es una virtud", reza uno de los doce
postulados reunidos en la "Declaración de Minnesota sobre el cine
documental", escrita por el director en 1999. La aventura es un eje
rector en su vida y hace poco ha descubierto su vocación de maestro.
"Caminar a pie" es el título de una de las clases que ofrecerá en un
seminario de cuatro días de duración en junio próximo en Nueva Jersey.
El curso fue organizado por la Rogue Film School, que fundó el año
pasado.

En 2009, la revista Time lo nombró una de las cien personas más
influyentes del mundo. Fue miembro del Nuevo Cine Alemán, movimiento
integrado también por Rainer Werner Fassbinder, Wim Wenders y Volker
Schlöndorff, cuyo objetivo era romper con las reglas del cine
conservador de los años cincuenta.

A menudo, los protagonistas de sus películas son personas arriesgadas
y solitarias que desafían las fuerzas de la naturaleza, como en
Aguirre, la ira de Dios (1972) o Fitzcarraldo (1982). De forma
consciente o no, Herzog ha logrado construir un mito en torno a su
persona. Innumerables e increíbles historias han surgido de las
filmaciones de sus más de cincuenta largometrajes y documentales. Una
de las más insólitas ocurrió en la selva amazónica de Perú durante el
rodaje de Fitzcarraldo . Según el diario del director, las peleas
entre el indomable actor Klaus Kinski y él se habían vuelto tan
insoportables que un indígena que estaba trabajando de extra le
ofreció al cineasta matar a Kinski.

A principios de este mes se estrenó en la Argentina su última
película, Un maldito policía en Nueva Orleans , una adaptación del
film Un maldito policía (1992) de Abel Ferrara, protagonizada por
Nicolas Cage, que encarna a un policía corrupto y adicto a las drogas.
Durante un descanso en el Festival Internacional de Cine de Berlín,
del que fue el presidente del jurado, Herzog habló con adncultura
sobre su búsqueda de un cine que refleje la "verdad extática", su
particular relación con la naturaleza y, claro, Kinski, su actor
fetiche.

-Usted tiene la reputación de ser un lobo solitario. Sin embargo, aquí
está presidiendo el jurado de un festival internacional de cine. ¿Qué
ha ocurrido?

-Lo de lobo solitario es una exageración de los medios. Me tuvieron
que persuadir un poco, eso sí. Además, me han contado que el año
pasado las películas fueron extremadamente buenas. Una joven mujer de
Perú [Claudia Llosa] ganó el Oso de Oro. No he visto la película [ La
teta asustada ], pero todos mis amigos confiables me han dicho que es
maravillosa. Hace poco estuve en Perú y se ha convertido en un orgullo
de toda la nación. De pronto, los jóvenes cineastas peruanos están
revoloteando alrededor de su éxito como atraídos por un panal de
abejas. En este caso, creo que tiene sentido otorgar premios a
películas.

-¿Qué lo llevó a fundar una escuela de cine?

-Durante los últimos 25 años, cada vez más gente me ve como una
persona orientadora. Hace poco ofrecí un curso en el Royal Festival
Hall de Londres, que tiene una capacidad para 3000 personas y la
totalidad de las entradas se vendió en sólo 35 minutos. Por eso sentí
que debía dar una respuesta organizada para legar lo que sé. No se
trata de enseñar la técnica, eso se puede aprender en una escuela de
cine local. Se trata de transmitir un espíritu guerrillero, pícaro y
audaz. Por ejemplo, quiero introducir la noción de que el cineasta
debería ser una persona leída. Mis alumnos tienen que estudiar una
bibliografía obligatoria. La lista empieza con las Geórgicas de
Virgilio, probablemente el mejor poem

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