viernes, 3 de abril de 2009

París siempre nos invita a pensar y a gozar.

Otra colaboración de la amiga Sonia Lizarriturri que cumple con los deberes y sigue al pie de la letra mis recomendaciones, los múltiples textos que mando por internet vía e-mail y todo eso la moviliza a escribir pensando alguna de las cosas que nos suceden y que forman parte de nuestra vida cotidiana.
Por eso nunca me cansaré de disfrutar en primer lugar del arte en general y del cine en particular ya que nos invita a reflexionar, a pensarse como individuo y pensarnos como sociedad. Nos invita (al igual que la literatura, el teatro, la pintura y el buen periodismo) a indagar sobre la condición humana pudiendo rescatar, enfocar y visibilizar sus mutaciones, transformaciones y todo lo que pueda suceder.
Por eso me pone mas que feliz que Sonia a partir de estos consejos, de estas operaciones vos puedas ponerte a escribir tus reflexiones y las compartas con todos los que se llegan por aquí.
Así  gracias por esto y el ejercicio de amistad que haces con esta entrega.
Y obviamente invitamos a ver la película que me parece merece ser vista.
Los que quieran leer el texto de Javier Marías que aquí se cita me mandan un mail a operaciondelacruz@gmail.com y lo envío rápidamente.
La segunda parte de mi texto sobre cine y memoria será colgado el día domingo.
Buena tarde y mejor sábado.
 
 
París, el cine, los argentinos…y Juliette Binoche
                                                               por  Sonia Lizarriturri
Nuevamente De la Cruz y el cine me mueven a pensar y a escribir…
Eduardo distribuyó por mail un texto de Julián Marías y la recomendación para ir a ver París. Le hice caso: leí detenidamente el texto y fui a ver París, dirigida por Cédric Kaplisch y protagonizada por Roman Durais y Juliette Binoche.
¡¡¡Sorpresa!!!..., la condición de misterio, solapado de ironía crítica, que Marías atribuye a la identidad y a la condición de ser "argentinos", aparece también explícitamente enunciada por Roman Durais en el final de la película cuando se refiere a los parisinos y a su imposibilidad de disfrutar la vida en París.
En realidad, la reflexión final del protagonista alude simplemente al valor que le asignamos a la vida, claro que antes de ese final el director se encargó de mostrar muy bien lo que se puede disfrutar de la realidad parisina según donde se vive y la actividad laboral que se ejerce. De la mano del desarrollo laboral de todos los personajes, la cámara pasea por el París glamoroso, Napoleónico y otrora centro cultural del mundo; al París de los famosos cartiers de los intelectuales, se ve la entrada a la Sorbona, St. Michelle y su fuente y los cafés donde se reúnen estudiantes y profesores- el historiador se parece mucho a Roland Barthes-; y simultáneamente a la velocidad del metro, de una moto o un auto muy actual entramos a los suburbios en dos dimensiones: la de los que aún trabajan y, la de los inmigrantes negros venidos de Camerún o del África sin más aclaraciones geográficas.
El entramado fluye sólo, París es el telón de fondo de lo que le aqueja al ser humano por su condición de tal en el mundo actual, por eso no hay distinción de género sino problemas compartidos por el solo hecho de existir en esta modernidad globalizada. En ese punto se imbrica el tema del sexo, la sexualidad después de los 40, y los vínculos que generamos con el cuerpo. Entonces, imperceptiblemente, el director muestra cómo se abren las fallas de la geografía humana: la vida sexual de los jóvenes  forma parte de la velocidad y el consumo de la moda actual, para los de más de cuarenta…hummmmmmm resulta difícil entregarse sólo a la pulsión, siempre acecha la sombra de la necesidad del calor del otro, del afecto del otro, DEL OTRO como persona y no solo como cuerpo.
Soberbia la interpretación de Binoche, que gracias a mi hermana que la admira, recordé que interpretó a Teresa en La Insoportable levedad del ser, soberbia por mostrar tan esencialmente el mundo cotidiano, la misma esencialidad y simpleza que tienen los diálogos de todos los personajes a lo largo de la película. Y entonces me pregunto, ¿qué sentido tienen las reflexiones de Julián Marías sobre la identidad argentina? No son analíticas ni profundas, son simples frases que pretenden describirnos como la máxima representación de la pelotudez globalizada y que se publican porque es Julián Marías y la prensa promueve a los intelectuales que le interesa promover. Por suerte soterradamente, acá o en París, muchos seres humanos aún sentimos la necesidad de vivir con y para otro/s.  
 
 
 
 
 

4 comentarios:

  1. Oh París ( en el mes de Abril) !!!
    Nosotros estuvimos en el mes de Octubre 4 días y no nos alcanzó el tiempo - por supuesto - más que para pasear un domingo por las orillas del Sena, gastando tiempo en cada puesto de la feria, comprando chucherías: torres, placas de chapa y no pude encontrar ni una lámina de Monet ! La conseguí después en el Orio de Zánica-Bergamo-Italy: que ironía !
    Chau - chau - Gracias por todo !

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  2. de nada y la peli es digna de ver y si podes hoy a las 1940 en isat dan otra peli donde paris es la protagonista antes del atardecer...
    y a paris hay que volver cada tanto y disfrutarla..
    yo estuve 4 dias y tampoco me alcanzo para nada...
    besos

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  3. Hola Edu, me apunto esta peli para ver y de paso así como vos compartís generosamente la pasión por el cine, te paso un sitio que quizás te guste por lo menos a mi me ayuda a aprender y conocer sobre música francesa... http://nuestrosvecinosdelnorte.blogspot.com
    Hasta prontito

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  4. gracias querida amiga y la estoy disfrutando mucho..
    seguimos en contacto..
    los sabados de 10 a 12 estoy en radio universidad escuchame si podes
    www.580am.com.ar
    saludos

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