jueves, 2 de abril de 2009

Crímenes perfectos de Alex de la Iglesia y comentados por Martín de Mauro.

Así es como bien dice el título de esta nueva entrada aprovechamos que esta noche la pantalla de la televisión pública exhibe la película del genial director Alex de la Iglesia en el ciclo Versión Original que presenta la hermosa y talentosa Inés Estevez, para compartir un texto del amigo Martín de Mauro ( filoso blogger, cirquero y además un pensador de aquellos).
Es por eso que recomendamos la visión de esta película ( una bella comedia de humor negro que homenajea al cine y aprovecha para criticar al hiperconsumismo de las sociedades contemporáneas haciendo foco en la sociedad de nuevos ricos en la que se habia transformado España antes de esta crisis mundial) y leer detenidamente el texto del amigo que hace foco en algunos lugares donde bien vale pensar.
Buena tarde de feriado y a la noche no dejen pasar esta peli que nos muestra al Alex de la Iglesia más interesante y perspicaz. Aquel de la mirada mordaz de El día de la bestia, Perdita Durango ( con un Javier Bardem antológico) y La comunidad. Ese director que tira un cross a la maníbula del espectador sin dejar de perder el humor, la risa y la sopresa.
Ese es el Alex que me gusta y espero que vuelva ese espíritu en su próximo desafío internacional como la reversión del comic La marca amarilla.
Buena tarde y mejor noche.
 
 
 
El crimen nuestro de cada día
                                               
Si bien la lectura inmediata de la peli de Alex de la Iglesia "El crimen Ferpecto" (2004) nos invita a odiar a su personaje central (Rafael), la lectura detenida, por cierto sinuosa, debe precavernos de ciertos detalles.
Para empezar, "Rafael" vendedor mega estrella del marketing, producto acabado de las relaciones mercantiles de cualquier departamento de recursos humanos, no es un gillipolas cualquiera. No señor!. Estamos hablando de un intelectual hecho y derecho. Auto reflexivo, irónico cuando la ocasión lo amerita, perspicaz y seductor (como gran retórico griego), adulador y condescendiente por demás. Es así que en momentos decisivos, nos recuerda: "Eres fea Lourdes muy fea ,tu no tienes la culpa pero yo tampoco es este mundo en el que vivimos el que me hace odiarte: la gente , las revistas, la televisión, ¿cuando has visto alguien como tú presentando un concurso esos de la tele?¿cuando has visto una fea montada en un Ferrari? ¿o besando un ciclista? ¿cuando???". El problema no es personal ni mucho menos específico para con ella (Lourdes, estereotipo de manipuladora, Freak, naif, obsesiva y compulsiva, así como vendedora rutinaria y domesticada/dora). Es que todo el mundo reclama belleza, este es el crimen nuestro de cada día: el mundo perfecto es a todas cuentas un mundo sofisticado, escéptico y económico, a saber, las tiendas comerciales, el shopping, los negocios, los bazares, las ofertas y las demandas. Mundo elegante y confortable para algunos. Mundo normal, naturalizado, de sentido común (valga la cita a Gramsci) o habitus incorporado. "Soy una persona elegante que sólo pretende vivir en un mundo elegante. ¿Es eso pedir demasiado?" resume el actor protagónico. Si la urbe es el cosmos. si de la ciudad al mundo (urbi et orbi), entonces este microcosmos es para este galan y semental perdido, las tiendas 'Yeyos', su reinado abosulto: la sección chicas.
Entre los delirios persecutorios, stress laboral y un profundo sentido de la competencia (cueste lo que cueste) Rafael se debate entre el éxito de sus conquistas y el mega éxito de ser un completo embaucador. Es que toda la película se inicia con una secuencia de venta en algún recóndito curso de capacitación-laboral, sádico de lo más realista y esclavista por cierto.
Tampoco podemos olvidar, al ideólogo Rafael, la explicación sobre que "el problema de la gente" es la falta de gusto, ni siquiera importa la condición social, de clase, cultural o económica, se trata de la falta de tacto, de vestimenta, nacional-estéticismo que recuerda a Micky Vainilla de P. Capussotto y su videos. Como si fuera poca cosa, el personaje encarnado por Willy Toledo, es un especie de defensor de algo así como un pseudo-darwinismo en términos etnocéntricos: "Las especies superiores nos adaptamos al medio, por muy hostil que sea. Al sobrevivir, nos volvemos más fuertes, y terminamos por imponer nuestra ley. Aunque, a primera vista, pueda parecer lo contrario."
El director y guionista no escatima en detalles, Rafael cita cual adulador evangelista, (de esas religiones que tanto nos pesan), apócrifas frases célebres de clásicos de la filosofía. Referencia e hipertextualidad con otras películas no sobran. Tampoco han de faltar las citas críticas a la religión más contemporánea en su haber, a la cual le rendimos culto a diario: el dios consumo. En razón de ello, exclama Rafael entre sus convicciones: "En este ambiente me siento como un sacerdote que imparte su credo en un templo pagano, rodeado de fieles".
"Si matar o no matar, esa, esa es la cuestión" nos recuerda Liliana Felipe, es entonces, que matar de la forma más acabada y sistemáticamente posible, esto es ferpecto. Matar aquello normal, cotidiano y mediocre. Pero simultáneamente es matar la diferencia, la inocencia de Lourdes, sus manías, aquellas pequeñas abyecciones en su haber. Porque si el crimen perfecto es imposible, todo crimen es ferpecto entonces.
Para finalizar la película, la secuencia final cuenta con una estrategia dialéctica, aquel vencedor es vencido, aquel amo deviene en esclavo, clima bufonesco así como subversivo (se invierte el orden) donde Rafael termina siendo aquello que aborrecía con mayor insistencia: "Convertirse en una persona NORMAL. Un idiota más entre miles de idiotas, con una vida mediocre y ÑOÑA".
 
 
Copyleft 2009 / Martin De Mauro cuyo blog pueden visitar aquí:

No hay comentarios.:

Publicar un comentario