sábado, 10 de abril de 2010

Lectura sabatina para comenzar este dìa bien temprano y con todo...

Compartimos esta interesante entrevista que Adn ( el suplemento
cultural de La Naciòn) publica este sàbado y que invita a seguir
pensando en estas geografìas, cartografìas y los deseos que de aquì
emanan...
Para pensar.... y despues de leer lo que Josè Antonio plantea les
dejarè donde podeis encontraros....
Buen sàbado....


Entrevista / José Antonio Millán
"La Web cambió el modo de escribir"


Las palabras comparten la condición nómade del hombre. Al cruzar
valles, montañas y fronteras, cambian. También, como los hombres,
esconden rastros de sus vidas anteriores. Y en esos rastros puede
leerse la historia del mundo.
Así lo afirma el filólogo español José Antonio Millán. Las palabras,
dice, llevan señales de contactos, invasiones y conquistas entre las
culturas más diversas. Por eso, y porque el tejer y destejer colectivo
de palabras en el tiempo es en buena medida un fenómeno oral, Millán
llegó a una hermosa definición: la etimología es la arqueología del
viento. La materialidad de un sonido, pero también el aliento efímero
de la voz que nombra.
A la improbable tarea de leer en el viento se dedica Millán (Madrid,
1954) en su último libro, El candidato melancólico (RBA), una
invitación a descubrir "de dónde vienen las palabras, cómo viajan, por
qué cambian y las historias que llevan dentro". La travesía que
propone puede llevarnos miles años atrás, allí donde las lenguas se
confunden: "La comparación entre latín, griego y sánscrito, la antigua
lengua de la India, nos sitúa en la lengua madre (o abuela) de todas
ellas, a la que llamamos indoeuropeo -señala Millán-. El rege latino,
de donde viene nuestro rey , y el rajá de la India deben provenir de
un término común de hace cuatro o cinco mil años. Claro que a veces
las palabras han variado tanto que puede ser difícil descubrir su
origen: nuestro ajedrez viene, a través del árabe, del sánscrito
shaturanga ".
Lo que antes viajaba en el viento hoy vuela también en forma de bits a
través de los circuitos electrónicos del inconmensurable cerebro
colectivo de Internet. Esta entrevista, por ejemplo, es fruto de un
intercambio de e-mails . No es raro, porque Millán, autor de Internet
y el español y La lectura en la sociedad del conocimiento , ha
participado en el desarrollo del Centro Virtual Cervantes y dirigió el
CD-Rom del diccionario de la Real Academia. En suma, es arqueólogo del
viento pero también un hombre de la Web, que con su flujo incesante y
global hace ya rato que participa de esta aventura común de dar nuevas
formas a las palabras y el idioma. O los idiomas, en rigor.
Lo que sin embargo no ha cambiado, previene Millán, es la naturaleza
de esta transformación permanente. "La gran revolución de las lenguas
modernas comenzó con el periodismo, la radio y la televisión, que
permitieron que muchas palabras pertenecientes al habla científica o
técnica pasaran al lenguaje común -dice-. En este sentido, Internet no
ha hecho más que continuar esa tendencia."

-¿Qué consecuencia tiene que el buscador de la Web por excelencia
-Google- sea estadounidense y el inglés, el idioma preponderante?
-Google funciona perfectamente en español y en muchas otras decenas de
lenguas, de modo que su influencia puramente lingüística no es muy
grande. Tiene sí una clara influencia cultural, por las suposiciones
que el buscador hace sobre lo que puede ser más interesante para el
usuario, por ejemplo. En estos momentos puede que el idioma más usado
en la Red sea el chino. Sin embargo, el inglés es la lengua de quienes
crearon las tecnologías en las que se basa Internet, de modo que no es
extraño que nos haya dado muchos préstamos para referirnos a aparatos
(computadora), técnicas (bits), espacios (Web), géneros ( blogs );
pero muchas otras palabras en uso en este dominio, como tecla,
pantalla, correo, son nuestras.

-¿Puede compararse el boom del e-mail al viejo hábito de intercambiar
epístolas?
-En efecto, el e-mail ha sustituido el antiguo arte epistolar, y no
sólo eso: lo ha revitalizado. La gente de mi generación sustituyó las
cartas por el teléfono, hasta el extremo de que hace dos décadas casi
nadie escribía una carta. Con el e-mail hemos vuelto a hacer no sólo
mensajes y breves notitas, sino auténticas misivas.

-¿Qué pasa cuando el e-mail viola las reglas del idioma en beneficio
de la comunicación veloz e inmediata?
-Hay todo tipo de e-mails : los breves y apresurados, o los largos y
demorados; hay correos de amor y de negocios, familiares y formales.
En este sentido, ocurre como con la conversación hablada: uno no se
expresa igual charlando con los amigos que compareciendo ante un juez;
no es igual dar un recado a un desconocido que contar algo a tu
pareja. Hay muy distintos registros de habla, y también de
comunicación escrita. Hay, sí, géneros de comunicación que son
eminentemente informales: los mensajes de texto en el celular, las
notas en redes sociales, los mensajes de Twitter, el chat... En estas
modalidades la lengua escrita no está perfectamente cuidada (igual que
no lo está la lengua hablada en una conversación de amigos en un bar):
de hecho, se trata de una especie de "oralidad por escrito". Pero eso
no hace que nuestra lengua degenere, ni nada por el estilo...

-¿Llegará el día en que sólo leamos libros electrónicos? Cuando se
extienda el uso de este nuevo formato, ¿cambiará la naturaleza del
acto de leer?
-Es dudoso que prescindamos de los libros en papel, entre otras cosas
por razones puramente económicas. Y sí, parece que la lectura en
pantalla cambia algo: se está comprobando que estudiantes que manejan
el Kindle encuentran más problemas para asimilar y memorizar que si
estudiaran con un libro en papel. A medida que aumente la práctica,
sabremos más cosas, algunas de ellas impensadas: el escritor Nicholson
Baker, por ejemplo, ha contado lo divertido que le pareció un pasaje
de una novela al leerlo en papel y cómo en pantalla no lo encontró
nada gracioso.

-Estos cambios en el acto de leer, ¿modificarán la naturaleza del acto
de escribir y la relación con el idioma?
-Ya ha cambiado el modo de escribir. Al menos para quienes escribimos
mucho para la Web (y los diarios acaban también en la Web): uno sabe
que parte de su público van a ser máquinas (las arañas de los
buscadores como Google), de modo que estamos escribiendo también para
ellas. Y el lector tiene al alcance de la mano, a un clic, la
comprobación inmediata de lo que dices: hay que tener cuidado con lo
que se escribe hoy en día.

Aquì podeis encontrar los mùltiples links donde JAM escribe, produce y piensa...

http://jamillan.com/

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