Recomiendo una revista de cine que promete y dice cosas interesantes
El ánegl extermindor es su nombre, ya meses atrás la recomendamos en este sitio
y creo que vale la pena hacerlo.
Les dejo los datos por si quieren mandar correspondencia, algúnm comentario a la revista o alguna colaboración.
Editorial / Correspondencia a: Puan 369 (1406) Buenos Aires, Argentina.
tel / fax: (5411) 49889181
colaboraciones: colaboradores@elangelexterminador.com.ar
Y de regalo la editorial de este número 11 que tiene cosas muy interesantes además de esa bella tapa donde el gran Puig aparece fumando con todo su esplendor.... Recomiendo el texto donde repasan el vínuclo de Puig con el cine. Maravilloso.
A leer y ver cine que se nos acaba el mundo.
Buen sábado.
En el país de no me acuerdo...
Por Pamela Gionco
Próximos a cumplir dos años desde nuestro número 0 (septiembre 2006), se fusionan en nosotros sentimientos y emociones tales como la alegría inmensa por la permanencia en la red, las inquietudes y la autoexigencia de poder ofrecer textos de calidad a nuestros lectores y los desafíos de continuar este proyecto de una revista digital de cine. Así es como presentamos en esta oportunidad el número de invierno de El Ángel Exterminador, dedicado a "Cine y Literatura", combinación que ha merecido múltiples debates y amplias teorizaciones. Un miembro de nuestro staff arriesgó en principio que la relación entre cine y literatura parece ser de secreta infidelidad. Seguramente, dadas las múltiples conexiones que ambas artes promueven desde el seno mismo de sus dispositivos sígnicos. Pero, aún sin convivir en pleno matrimonio, es evidente que la pareja cine-literatura basa sus intercambios en un amor profundo, incluso desde los comienzos mismos del arte cinematográfico, por el deseo de contar historias. En este número, varios autores proponen análisis de algunos ejemplos de esta entrañable relación entre el cine y la literatura.
Si hablamos de historias de cine, es inevitable realizar algunos comentarios sobre el hallazgo insospechado en la Argentina que ha revolucionado la historia del cine mundial: la copia entera de Metrópolis (1927), de Fritz Lang. La actual directora del Museo del Cine "Pablo Ducrós Hicken" de la Ciudad de Buenos Aires, Paula Félix-Didier, es una profesional de la historia del cine, especializada en preservación de material fílmico. Apasionada por el cine mudo, gracias a sus conocimientos y una vieja anécdota del recientemente fallecido Salvador Samaritano trasmitida por Fernando Martín Peña, ha descubierto en los archivos del Museo una copia completa de esta película, que fuera en el 2001 el primer ingreso en el Memory of the World Register de la UNESCO.
Luego de las investigaciones pertinentes, el diario Die Zeit de Alemania ha dado la noticia al mundo. Este suceso impensado amerita profundas reflexiones sobre la política de archivos en la Argentina, donde los esfuerzos y voluntades personales no se condicen con las políticas públicas necesarias. No existe en la Argentina ninguna ley nacional relativa a la conservación, preservación y difusión de archivos audiovisuales. Varios personajes del medio audiovisual e instituciones privadas se han adjudicado con el tiempo el derecho (y el deber) de conservar el patrimonio fílmico de la Argentina, naturalizando la falta de legislación sobre el tema.
Sólo a modo de ejemplo, recordemos que el decreto ley nº 62/1957, conocido como Ley de Cine, propone, entre otras cuestiones, la creación de una Cinemateca Nacional. Este tema ha generado tantos debates (o se ha silenciado más de la cuenta) que nunca a llegado a concretarse, a más de 50 años de sancionada la ley. La cuestión es que la Cinemateca a la que se refiere la ley existe, escondida en los subsuelos del INCAA, pero su funcionamiento es casi el de una morgue, ya que no tiene acceso al público y guarda celosamente todas las primeras copias de los films producidos en la Argentina desde que se creó el Instituto Nacional de Cinematografía (actual INCAA). Paradojas de los archivos, si nadie puede consultarlos, éstos no existen. Es por eso que se han creado asociaciones a favor de la creación de una Cinemateca Nacional. Incluso, el director Pino Solanas ha presentado, como Diputado Nacional, un proyecto de ley. La cuestión de fondo que aún no se ha resuelto, como suele suceder, es quién y cómo maneja el presupuesto de una nueva Cinemateca.
Consideremos que no sólo el cine, en tanto documento audiovisual, debe ser conservado, sino también la producción televisiva, testimonio de época en múltiples sentidos, debe ser contemplado por las políticas públicas de archivos. El Archivo General de la Nación sería un destino posible para todos esos archivos audiovisuales, pero nuevamente, no existe prioridad presupuestaria para este tipo de organismos que requerirían una actualización tecnológica para catalogar y poner a consulta tal tipo de material.
De todos modos, qué opción les queda a los archivos audiovisuales, si incluso los más rupestres archivos documentales no tienen la protección (o el interés) estatal que debería. El edificio del Archivo General de la Nación no está preparado para preservar los documentos que tiene bajo custodia. Los depósitos se han inundado y su endeble situación estructural preocupa a los empleados. Las obras de restauración del Teatro Colón han afectado directamente el patrimonio de la Biblioteca de la institución, que no estaba considerada en las obras. El traslado de los libros, partituras y otros documentos se ha realizado en carretillas entre el polvo y los escombros. Hoy por hoy, es difícil encontrar alguna institución nacional con archivo institucional disponible y en condiciones propicias para la conservación de documentos.
Por último, como comentario trasnochado, habría que pensar otra cuestión a resolver: cómo evitar que la puesta en valor de un archivo no se convierta en un botín político, sino que se traduzca en políticas públicas efectivas. Es decir, tomando el ejemplo del caso de Metrópolis, cómo evitar que este hallazgo no se convierta en una simple proyección, una conferencia de prensa y una foto con el Ministro de Cultura, Hernán Lombardi, sino que se traduzca en la concreción de una sede fija para el Museo del Cine "Pablo Ducrós Hicken" o en una partida presupuestaria para la puesta en valor de todo el archivo fílmico del Museo.
De más esta decir la lamentable verdad que sin archivos no hay memoria. Sin memoria, no existe el pasado, el presente es siempre dudoso y no existe forma de construir entre todos un futuro para todos
El ángel exterminador - ISSN 1850-6941
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