Hoy todos se llenan la boca con la palabra Patria.
La celebran,
la denostan,
la conmemoran.
Más allá de los actos escolares, protocolares y todos esos
dispositivos simbólicos que los Poderes usan, utilizan y abusan NO
estaría mal preguntarse por la geografía que habitamos.
Yo eligo compartir este texto que intenta delinear algunas respuestas
o, mejor dicho, otras preguntas....
Geografía
En unas rutas de Jujuy, o en Cutral-Có: ¿de qué lado está la patria?
Viaja la Patria a la madrugada entre las polleras de las empleadas de
Terrabusi, cuando la Avenida Patricios se llena de aroma a chocolate.
¿Qué Patria? La Patria limita al norte con el corazón, al oeste con
los nudos del estómago, al sur no limita al sur la Patria al sur se
extiende esta Patria de casas bajas y promesas desmesuradas; y al
este, el mar el mismo mar al que entró Moreno para apagar tanto fuego.
¿Qué Patria es esta Patria en la que los próceres mueren afuera? Este
país, nuestro país. La Patria es un lugar del corazón al que no accede
el Banco Mundial y es anónima, por definición aunque constantemente le
tiran del vestido hecho jirones los que creen que la Patria se posee,
y no se siente. Patria de huéspedes de hotel, dijo Mallea. Los
peruanos descienden de los incas y los argentinos de los barcos, dice
mi recuerdo. Patria de escritores que se alejan a París para poder
quererla; Patria de nobleza trucha, quinta generación de almaceneros
que alambró la Patria sin darse cuenta de que la Patria vivía en el
aire. Ellos se titularon encargados de definir la Patria, lo patrio,
los símbolos patrios, banderas de plástico cosidas en Taiwan. Vendían
la patria, y en cualquier caso era la Patria de ellos, no la nuestra.
¿Dónde está la Patria? ¿En La Matanza o en el Jockey Club? Patria de
quién: los cuatro climas, el dulce de leche, el colectivo, la picana
eléctrica, la birome, el tango, la manteca al techo, los
desaparecidos, las madres, las huellas digitales, la Obediencia
Debida, Piazolla, Rayuela, Los siete locos, las Malvinas, Facundo, el
crisol de razas, Argentina Potencia, el granero del mundo, la gambeta,
el ceibo, el mate, el alambre, el psicoanálisis y Dios, argentino por
adopción. Patria de quién, Patria de los que esperan: hace mucho que
esperan mucho. No saben bien, esperan una vida un país algún futuro.
La Patria les duele en los ojos.
Es tan grande... Llega hasta allá, donde hace un tajo el cielo, y más
allá también. Sé de gente que se ha cruzado cara a cara con la Patria,
por casualidad, en una esquina de Nueva York. Supe de otros que
murieron por ella, lo que es decir por ellos, o sea, por nosotros, por
todos. Patria con himno escrito por un español y tangos cantados por
un francés; Patria empeñada por ingleses vocacionales, por cadetes de
apellido lustroso. Escribo estas líneas en el Día de la Patria. Y en
este precise memento tiran a un pibe a cualquier celda de la Policía
de la Provincia; a esta hora una puta discute su precio con un turista
y una decena de tipos se reclinan a tomar ginebra en los paraderos de
Constitución. En este comienzo del Día de la Patria alguien allá, en
esa única ventana iluminada, deja de leer y sueña que podrá cambiar el
mundo, y en la diagonal de la escena barre el portero, y poco más allá
un tipo se arrepiente y otro espera el colectivo. ¿Patria de quién?
¿De la celda, del alcohol, del libro, del hotel, de la manguera, del
sueño?
¿Argentina del viento o de los diccionarios? ¿Morían por la Patria los
polacos que quedaron sepultados construyendo el subterráneo de Buenos
Aires? ¿La Patria nació en el Hotel de Inmigrantes o en los campos de
Martínet de Hoz? ¿Dónde estaba la Patria durante los bombardeos del
'55? ¿Arriba o abajo? Libros enterrados en los jardines del '76: ¿la
Patria estaba bajo tierra? Yo te daré te daré, Patria hermosa, Te
daré, una cosa... ¿Estuvo en Ezeiza, la Patria? ¿En el pañuelo de
Leonardo Favio o en la metralleta de López Rega? ¿Galtieri tomaba la
Patria con hielo? ¿O en aquellos años la Patria estuvo en los trenes
de Estocolmo, en las cocinas de Madrid, en los edificios ocupados de
Manhattan? Patria de arena, de sal, de humo grueso brotando de
neumáticos quemados ; necesidad maneras de ponerse de pie, vergüenza
ajena muerte propia sueño.
Cualquiera puede definir los efectos del amor, pero no sus causas: con
la Patria sucede algo similar; somos argentinos por eso por esta
manera triste de mirar al sur, por nuestros tics de nobles venidos a
menos, por este humor oxidado de cinismo, por esta condena a la
infancia perpetua por el amor, y el espanto.
¿Patria de quién? Patria de Borges y de Monzón, de Olmedo y de
Houssay, de Discépolo y de Videla, de los perritos de Perón, de Manuel
Puig; de Carrasco, de Aramburu, del Plaza Hotel, de la escuela
destartalada, de Isidoro Cañones, de Tato Bores, del ingeniero Santos,
de las chicas más increíbles del planeta, de los piolas, del bife de
chorizo, del Nunca Más. No alcanza, ¿no? Pensar que toda esta catarata
de palabras puede evitarse para definir la Patria: sólo hay que salir
al aire libre respirar profundo y mirar al cielo.
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