domingo, 24 de marzo de 2013

Nunca Más!!!!!


Memoria, Justicia y Verdad.
Son consignas que nunca debemos dejar de pedir, exigir y reclamar para que NUNCA MAS suceda lo que hace 37 años comenzaba.
Os dejo el final de un texto que siempre anda dando vueltas por mi cabeza, que le dedique a mi padre ( víctima de la VIolencia de Estado) y que fue lo mejor que escribí sobre el tema.
No olvidar es nuestra consigna y HOY más que nunca se hace necesario este pedido porque aún quedan hijos por recuperar, nietos por encontrar y familias por reconstruir.
Eso es una consigna que deben estar inscripta en nuestro ADN comunitario y social.
Os dejo esto que tal vez guste, tal vez no pero que refleja lo que pienso, siento y por lo cual trabajo hace mucho tiempo.

EL ACTO EN CUESTIÓN

Como plantea José Pablo Feinmann: "El 24 de marzo implica la era de planificación racional y moderna de la muerte" (1998:95)
Es así como la atmósfera que en nuestro país, desde esa fatídica fecha, se comienza a respirar es de miedo, horror y muerte.
Esa muerte no debía ser conocida públicamente sino que se crearon los mecanismos para que todo sea acallado/desaparecido. La muerte pasa a ser lo normal, lo cotidiano y es el único vínculo social que dará sentido a las distintas capas sociales.
Así la define Feinmann: "La muerte secreta: esa es la muerte argentina. La muerte se volvió subterránea, silenciosa, furtiva" (1998:95)
Para que esto ocurra se construyó un sistema burocrático que planificaba "esas muertes" y había en ello una precisión matemática y todo se realizaba en pos de lograr los objetivos de la Junta Militar y de los que apoyaban el régimen: sembrar el miedo, impedir que la gente se encuentre -se comunique- y exterminar al enemigo haciendo desaparecer todo vestigio de progresismo en la sociedad argentina.
Así es que secuestro-tortura -para obtener información-, muerte y desaparición de los cuerpos eran escalas o estamentos que todo aquel sospecho tenía que seguir.
Así es como los militares argentinos, pensaron en borrar el pensamiento político y crítico de una sociedad y la manera que encontraron acallar las voces más representativas de esa generación, es despareciendo los cuerpos.
Todo aquel que pensara podría ser peligroso por lo que asistimos a una época de suspensión del pensamiento y una carrera de supervivencia para evitar la muerte, donde la vida tiene un precio y un destino decidido por otros.
Como las vivencias que recuerda Andrés Calamaro en su canción Crímenes Perfectos: "Me tocó crecer viendo a mi alrededor paranoia y dolor".
Imágenes e historias, que ocupan un lugar y espacio negado y que cumplen con una finalidad política –y en definitiva ética- que significa la recuperación simbólica de aquellas voces, de los discursos y los cuerpos que la violencia de Estado ordenó callar y matar sin dejar vestigio de nada.
La aparición y existencia de estas películas logran lo que Nicolás Casullo formula como necesario para no olvidar: "La memoria de la historia leída desde la víctima es siempre contramemoria: memoria de imágenes impedidas, podría ser llamada, como noción que reúne –en ese impedimento- la conciencia de un pasado que se distancia sin medida. Imágenes que ante la imposibilidad de volver a componerse dejan apenas su huella desconsolada, el duelo, el abismo, un nombrar perdido." (2004:76)

Para no volver a desaparecer en las diversas forma que asume el olvido estas películas son necesarias para resignificar el acontecimiento y tenerlo presente.
De allí la necesidad -para las sociedades en general y nuestro cine en particular- de contar con este tipo de películas y tener la posibilidad de vernos reflejados para que nunca más sea una consigna real en una sociedad/país, donde hasta las palabras han perdido sentido.
Es una tarea que nos compromete a todos, por ellos -nuestros desaparecidos- y por los que aquí estamos.
Ni olvido
Ni perdón,
tan sólo Memoria !

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