Verla en vivo es un show unico y hoy a eso de las 20 30 tienen la posibilidad de hacerlo en el Libertador.
Asi que aprovechemos que viene a presentar el disco nuevo (mas abajo la critica que hizo Mariano del mazo hace unos dias en Clarin) y dejarnos un poco de su alma. No es poca cosa asi que disfruten de esta experiencia que ya no es como la anterior sino que es estética.
Gracias Liliana por ofrecernos tu arte!!!!
Alejada de algunas imposturas que perjudicaban su arte, la entrerriana
sorprende con un CD sensible y notable, poblado de grandes canciones e
invitados. Por: Mariano del Mazo
A casi 20 años de su debut discográfico, Liliana Herrero ha definido
una de las obras más audaces y profundas de la música argentina. Si en
los comienzos se advertían algunas desmesuras propias de la necesidad
de quebrar inercias y estructuras, ahora su personalidad de intérprete
-siempre poderosa y original- aparece más reposada.
Luego del soberbio disco doble Litoral (un viaje al barro del canto de
río mesopotámico), este Igual a mi corazón. Se trata de un disco
notable. Como Mercedes Sosa a comienzos de los 80, Liliana Herrero
sabe rodearse, sabe dar a conocer compositores poco transitados y sabe
hurgar repertorios de aquí, de Uruguay, de Brasil, de rock, de la
canción sudamericana o del folclore argentino. Aquí la búsqueda de la
entrerriana es minuciosa y plena de aciertos, como la de las dos gemas
uruguayas: La casa de al lado (Fernando Cabrera) y Brillantina de agua
(Ana Prada).
Difícil descubrir el punto exacto en que habita el espíritu de una
canción: esa es la base del trabajo del intérprete. Herrero lo logra.
Y con una dupla base (Matías Arriazu en guitarra y Mariano Cantero en
percusiones), la producción de compartida con Ernesto Snajer y un
elenco variopinto de invitados ubicados en roles muy específícos,
estremece en versiones antológicas como la del gato de Juan Falú y
Pepe Nuñez, Zonko querido, con el formidable piano solo de Lilian
Saba. O en la de las piezas de Coqui Ortiz: Arbolito del querer, con
letra de Aledo Meloni, y Agua de mi sed -letra de Ortiz y música de
Arriazu- con arreglo para cuarteto de cuerdas, un tema con clima de
ensoñación.
Igual a mi corazón estalla en tensión y matices: pasa la voz de
Mercedes Sosa en Zamba del arribeño (Falú-Soria), pasa el recitado de
Teresa Parodi en un tema propio (el social Canto labriego), pasa el
uruguayo Urbano Moraes en la canción de su coterráneo Rubén Olivera
(Urugua y), en fin, la armónica de Marcelo Moguilevsky, la voz de
Liliana Vitale y los brasileños de Itiberé Orquesta, entre otros. El
arco sonoro va de lo acústico a lo experimental, del canto susurrado a
ese dramatismo punk que sabe frecuentar Herrero
Muchas veces acusada de intelectual (curiosa acusación...), si algo
domina este disco es la emoción.
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