


Aprovecho el cumple número 70 para compartir esta nota publicada allá por el 2008 y que invita a ver este peliculón que retrata la vida, las etapas y las caras de uno de los grandes artistas del siglo XX: Bob Dylan.
Y además el cine de un genio de la imagen del siglo XXI: Todd Haynes.
Aca la comparto e invito a celebrar disfrutando de su película.
Yo soy el otro: 7 caras para Dylan. Con varios meses de atraso nos llega a las pantallas este film, que para quien escribe estas humildes líneas, es una de las películas del año ( en un 2008 plagado de grandes obras y donde grandes directores han vuelto a presentar películas),que viene a demostrar que otro de tipo de cine es posible y donde Hollywood tiene para ofrecer otra cosa también.
Es un caso aislado pero bien vale el ejemplo para empezar a confiar que aparezcan este tipo de películas y esta raza de directores que cuentan desde otro lugar.
Hablamos de Todd Haynes, director norteamericano de 47 años, que ya nos deslumbró con Velvet Goldmine( allí los homenajeados/ admirados eran David Bowie e Iggy Pop en esa época alucinada del glam rock , donde todo era factible y la ambigüedad era el tema que se ponía en discusión ya en el plano moral , estético y, porque no, político).
Luego vendría esa obra maestra que es Lejos del paraíso en donde a partir del homenaje y la cita ( y aquí la palabra copia se puede usar en un sentido positivo y adquiere una conexión con la parodia) a las películas de Douglas Sirk para hablar de la hipocresía de la sociedad norteamericana y de las maneras de discriminación que existen a los que no cumplen con la norma social. Decíamos obra maestra porque con la técnica narrativa y cinematográfica de los años 50 se filma un melodrama familiar de esos años, pero se tratan temas actuales y se nos explica mediante la historia de esta mujer que descubre "la verdad" de su marido y su peligrosa amistad con su jardinero como esta constituida la sociedad y lo que sucede con aquellos que no cumplen con las normas sociales. Haynes nos muestra como nada ha cambiado en más de 50 años en la sociedad norteamericana y que la xenofobia es la que gobierna las leyes sociales. Y lo hace con maestría narrativa (usando un modelo hegemónico de hacer cine), excelencia auodivisual (la paleta de colores y la fotografía son únicas en esta película) y con el soporte de una actriz todo terreno que lleva en sus hombros toda la película (Julianne Moore aquí esta en todo su esplendor como actriz).
Y con esta nueva película viene a sorprender y nos brinda uno de los mejores biopics (películas de biografías) de los últimos años y que quedará, sin lugar a dudas, en la historia del cine seguramente.
Los motivos son parecidos a los que hacen de su anterior película una obra diez puntos (maestría narrativa, fotografía adecuada y una actriz todo terreno) pero aquí la figura homenajeada y las historias que se cuentan hacen de la película un film único, una extrañeza que como espectador se agradece (aunque por momentos cuesta entrar al orden del relato) y manera de contar una historia de vida de un músico que marcó a fuego la música del siglo XX.. Nada fácil para tamaña figura ya que desde la década del 60 hasta la actualidad el gran Dylan sigue produciendo con cada disco, cada presentación pública un acontecimiento cultural que debe es seguido no sólo por sus fans sino por los críticos culturales, los medios y la industria.
Por eso un biopic de Dylan era un tema complicado desde el comienzo y, luego de saber que Scorsese lo había seguido en varias de sus presentaciones y cuyo resultado se puede ver en No Direction Home, era difícil mostrar algo y poder sorprender.
Pero Haynes construye la historia de Bob Dylan recurriendo primero a 7 actores diferentes, a 7 historias que forman parte de la historia pero que en si misma también tienen una autonomía propia si se quiere, es decir, que nos muestra las 7 máscaras, los 7 rostros de un "posible" Bob Dylan.
7 posibilidades que van alternándose y contándonos más de los personajes creados en las canciones de Bob del Dylan mismo.
Aquí persona y personaje se confunden y se funden para dar cuenta de lo que significa el papel de un artista en la sociedad, de lo que implica no seguir las leyes del mercado, de lo que duro que es desviarse de la sociedad, de apartarse del camino por uno u otro motivo y como la palabra escrita /cantada a lo largo del siglo XX ha tenido (y tiene) peso y valor.
Por eso cada uno de los 7 rostros, de las 7 historias, de las 7 miradas sobre el arte y la vida de un artista.
Y aquí es donde la película de Haynes cobra relevancia y densidad temática, esas miradas apuntan a descubrir la relación entre el arte y la vida, entre la coherencia artística y el trabajo comercial, entre lo que se dice y se hace, entre el discurso que se profesa y la vida que se lleva.
Temas que indagan en la conciencia, en el cuerpo y el alma de un artista que intenta, pese a todo, dialogar con su tiempo y lugar. Más allá de las posibilidades que tenga esa sociedad para poder escuchar.
Una magnifica película, contada de una manera creativa y particular, abordando temas que nos competen a todos e iluminando una figura emblemática del siglo XX, cuyas canciones deberían leerse en la escuela como literatura.
Digno de destacar aquí es la actuación notable que realiza Cate Blanchett fundiéndose de lleno en el cuerpo (y creo en el alma) del gran Dylan que hace, además de brindarnos una de las actuaciones de su carrera, la confundamos a ella con el verdadero Bob.
Una maravilla para disfrutar de principio a fin.
Una estupidez perdérsela.
y feliz cumple para Bob
y buen martes